Autor: Charles Perrault
En un pueblo vivía una ratita muy bonita, pero presumida.
Un día, mientras barría la entrada de su casa, encontró una
moneda de oro con la que compro un bello lazo. Se lo puso y luego salió para
que todos lo vieran. “¡Qué guapa es usted!", le dijo el Burro; ella sonrió
y él le propuso matrimonio: “¿Quiere… hi….casarse….hi…conmigo?”.
Entonces, la pericotita pregunto: “¿Cómo harás por las
noches?”.
“¡Hioo,Hío!”, rebuzno el animal. La Ratita dejo que no se
podía casar con el porque la despertaría con tremendo ruido. El Burro se fue
disgustado. Más tarde paso el señor Perro, quien también le propuso matrimonio:
“¡Realizaremos una fiesta grandiosa en nuestra boda! ¿Aceptas ser mi esposa?”
La Ratita, muy coqueta, le respondió que tal vez, pero antes
tenía que saber cómo haría por las noches. ” ¡Guau, guau!”, ladró el Perro. Al
igual que al Burro, lo rechazo alegando que aquel ruido no le dejaría dormir.
Un Ratón, que estaba enamorado de la Ratita desde hacía mucho, caminaba por
ahí. "Todos los días estas muy preciosa, más ese lazo resalta tu
belleza", le dijo, y ella no le hizo caso.
Unas horas después, paso un gato y le declaro su deseo de
casarse. "Cómo harás por las noches?", pregunto ella. “¡Miau, miau!”,
dijo el Gato y a la Ratita le pareció un dulce maullido.
Entonces, acepto ser su esposa. Antes de la boda, el gato
invito a su novia a almorzara campo; pero cuando esta quiso poner los
cubiertos, noto que solo había uno. En ese momento comprendió que ella sería la
comida.
El felino casi devora a la Ratita, si no hubiese sido por el
enamorado Ratón, quien espanto con un palo caliente a aquel malvado. Entonces,
el héroe roedor le propuso casarse y ella pregunto: “¿Cómo harás por las
noches?”; “Dormir y callar", respondió el Ratón así finalmente se casaron.
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